Skip to main content

Hace poco vi la maravillosa serie «Yo, adicto«. Muy recomendable padezcas o no de alguna adicción.

En uno de los episodios, el protagonista está hablando con su terapeuta de su estructura familiar y de cómo esta puede haber tenido un papel crucial en el desarrollo de sus conductas adictivas.

El terapeuta, en ese momento le acerca un libro «Querer no es poder: Cómo comprender y superar las adicciones» que recomiendo también a toda aquella persona que tenga curiosidad sobre la psicología y el auto-conocimiento.

Como el libro me ha parecido muy útil a la hora de entender cómo ciertos mecanismos de defensa psicológicos nos joden la vida, suframos o no de adicciones he decido compartir algunas de las cositas que describe:

Hoy vengo a hablaros de la Personalidad Adictiva, más concretamente de las creencias que subyacen a este tipo de personalidad.

¿Qué es la personalidad adictiva?

La personalidad adictiva es un perfil de creencias, valores y comportamientos que favorecen el desarrollo de conductas adictivas.

Estas conductas pueden ser el consumo de sustancias (cocaína, alcohol, marihuana, ansiolíticos, etc) o el llevar a cabo conductas de forma compulsiva (Trabajar, hacer ejercicio, comprar, scrollear en Instagram, masturbarse/follar, comer, jugar a videojuegos, buscar y mantener relaciones románticas, etc.).

No es algo inalterable ni es algo que abarque la totalidad de la identidad de las personas, es mejor pensar en ello como un factor que puede estar presente en una persona y la hace más vulnerable a desarrollar conductas adictivas/compulsivas.

A continuación vamos a ver las creencias que suelen estar presentes en las personas que desarrollan adicciones. Estas creencias no son algo que la persona sostiene de forma consciente todo el rato, en muchas ocasiones son creencias profundas que la persona ha adquirido de forma indirecta a lo largo de su desarrollo, y aunque quizá no es consciente de ellas o las verbaliza, actúa como si fueran ciertas.

¿Qué creencias subyacen en la personalidad adictiva?

«Debería ser perfecto (Y la perfección es posible)»

Esta creencia establece que hay ideales a los que debemos no solo aspirar si no también conseguir. El cuerpo perfecto, la vida perfecta, el desempeño laboral perfecto, la rutina perfectas, la personalidad perfecta, etc.

El problema viene de que los ideales son ideales precisamente porque son imposibles de conseguir. Por lo tanto la persona que cree internamente que la perfección o el ideal es posible se encuentra constantemente insatisfecha consigo misma o su situación.

Esta insatisfacción es como la rueda en la jaula de un hamster que la mantiene constantemente en movimiento, persiguiendo algo que nunca llega.

Cuando incurrimos en ciertas conductas adictivas conectamos (temporalmente) con el ideal ese al que no llegamos. Cuando bebemos perdemos nuestra ansiedad social, cuando nos metemos farlopa estamos a tope y tenemos muchísima confianza en nosotras mismas. Cuando hacemos ejercicio de forma compulsiva perseguimos nuestro cuerpo perfecto y atacamos nuestras inseguridades. Cuando follamos compulsivamente nos sentimos atractivos, adecuados y menos solos, etc.

«Debería ser omnipotente (O tener el control)»

Las personas que tienen a la adicción creen que deberían tener poder sin límites. El poder de controlarse a si misma y a los demás.

No es que conscientemente crean esto, pero viven y sienten como si así fuese. «No debería sentirme así», «la gente no debería hacer ciertas cosas», «tengo que conseguir ese ascenso (y depende absolutamente de mi)», etc.

Esta necesidad de sensación de control la buscamos en comportamientos y sustancias adictivas como la cocaina, los videojuegos, los trastornos alimentarios, el trabajo compulsivo, el sexo/seducción compulsivos, etc.

Principalmente en sustancias y comportamientos que nos hacen sentir poderosos, en control y competentes.

«Debería ser capaz siempre de obtener lo que deseo»

Las personas vulnerables a las adicciones tienen la creencia profunda de que no deberían sentir ningún tipo de limitación. Como niños, si quieren algo no consideran las consecuencias a largo plazo o sus propias limitaciones.

La persona que compra de manera compulsiva hasta endeudarse cree internamente que debería poder comprarse todo lo que quisiera, aquel que es adicto al ejercicio siente que su cuerpo puede ser moldeado a su antojo sin consecuencias.

Esta creencia favorece que, en los múltiples momentos en los que la vida nos frustra, la persona no sepa encajar bien la frustración y trate de buscar una solución rápida a ese malestar en la conducta adictiva.

«La vida debería carecer de dolor y requerir 0 esfuerzo»

Esta creencia es crucial dentro de la adicción. Las conductas adictivas tienen como objetivo principal la evitación del malestar, nos ayudan a evitar aquello que nos incomoda, ya sean nuestras emociones o la propia realidad.

Esa evitación bebe de la idea de que en la vida no debería haber lugar para lo doloroso, lo incómodo y lo frustrante. Como eso «no debería ser» yo no tengo (ni creo que pueda) porque soportarlo.

Por desgracia, el resistirse a sentir el dolor y las frustraciones de la vida suele hacer que suframos más aún. En la evitación no lidiamos con los problemas que nos causan dolor.

Cuando evitamos las emociones y situaciones difíciles perdemos libertad ya que vivimos condicionados a circunstancias externas a nosotros mismos.
En el momento ene el que aparecen vamos de forma automáticamente a nuestras conductas adictivas, nos bebemos unas cervezas, hacemos scroll durante horas o nos pegamos un atracón de comida.

Si persistimos en que en la vida no hay lugar para el dolor vivimos anestesiados, bloqueamos nuestra tristeza, nuestros duelos, nuestro miedo y al hacerlo limitamos nuestra capacidad de disfrutar ya que cuando empezamos a enterrar emociones, acabamos desconectándonos de todas.

Los «Deberías»

Como ves, las primeras cuatro creencias se basan en como la vida o nosotras deberiamos ser. Como la vida ni nuestra experiencia como humanos se amolda a esas creencias, la personalidad adictiva siente que la vida o ellas mismas están fracasando o haciéndolo mal y por lo tanto aparecen algunas de las siguientes creencias:

«No soy suficiente»

En el núcleo de casi todas las adicciones (y muchos otros problemas psicológicos) está la creencia de que no somos suficiente.

Consiste básicamente en sentir que quien tu eres no es lo bastante bueno, no mereces ser querida y que si la gente realmente te ve por quien tu eres te van a rechazar y/o abandonar.

Es una creencia bastante jodida y muy extendida en nuestra población, nos mantiene siempre persiguiendo «algo más», da igual lo que consigamos porque, eso es, nunca es suficiente, nunca somos suficiente.

«Cuándo consiga tal trabajo seré feliz», «soy estúpida», «soy egoísta», «si no fuese calvo la vida sería perfecta», «todo el mundo tiene… y yo no», etc. Son el tipo de pensamientos que suelen acompañar la creencia de no ser suficientes.

La persona adicta nunca cree que es válida, digna de ser querida o un ser humano que merezca la pena. Está plagada de inseguridades y movida a demostrar que sí que es suficiente. Y para ello echa mano de cosas como el trabajo, el sexo, el ejercicio o el juego compulsivos. O ahogando sus emociones de mierda por no sentirse adecuado en alcohol o comida. O disociándose con porno, video-juegos o marihuana.

Nunca llega a sentirse suficiente pero no puede dejar de intentarlo de formas que son insatisfactorias.

«Soy incapaz de tener ningún impacto en Mi Mundo»

Como la persona con tendencias adictivas siente que debería tener el control y no experimentar ningún tipo de límite se da de bruces con la realidad de que esto es imposible.

Al no poder cumplir con ese ideal siente que algo debe estar mal en ella y que en el fondo es incapaz de lidiar con sus problemas de forma efectiva (normalmente porque nunca les han enseñado cómo hacerlo).

Por lo tanto cree que aunque lo intentase, nunca va a conseguir aquello que necesita. Esto genera sentimientos de impotencia y desamparo. Es por ello que ese boost de energía/confianza que muchas conductas y sustancias adictivas generan son tan irresistibles.

La persona suple la sensación de incapacidad con la fantasía de poder y control que la adicción provee.

«Cosas externas a mi me pueden dar el poder que no tengo»

Aunque estas personas sienten internamente que no tienen ningún poder, creen que hay personas, sustancias y otras cosas «ahí fuera» que si tienen tal poder y pueden dárselo.

Esta creencia de que algo externos a nosotros es lo que nos falta para poder por fin ser suficiente está anclada en la mentalidad de que existe una solución rápida para todos los problemas de la vida. Que es otra creencia clave en la personalidad adictiva.

Las drogas y otras conductas adictivas consiguen precisamente esto, aunque sea por un momento limitado y a un gran precio, cambiar nuestro estado de ánimo para sentirnos mejor ante las frustraciones y limitaciones que experimentamos.

«Las emociones son peligrosas»

Muchas personas con personalidad adictiva creen que si admiten sus miedos y preocupaciones algo terrible ocurrirá. Por lo tanto es mejor que ni sientan tales sentimientos.

Pero como hemos visto en este articulo por mucho que evitemos e intentemos controlar nuestras emociones estas no se van a ninguna parte hasta que las atendamos y les demos su lugar.

El ciclo en la persona adicta es el siguiente: Las emociones que la hacen humana son inaceptables y si los demás descubren lo que siento me van a rechazar, es vital que los demás no me rechacen. Así que escondo como me siento realmente. Pero como escondo mis auténticas emociones nunca llego a ser realmente vista y por lo tanto conectar, como tanto deseo, con los demás.

«La imagen lo es todo»

Como en el fondo estas personas sienten que no son adecuadas, suficiente o válidas. Se presentan ante el mundo con una máscara, fingiendo ser y sentir cosas que no son ni sienten.

Es probable que lleven tanto tiempo haciendo esto que no sepan que lo hacen y se identifiquen con esta máscara que presentan al mundo.

Las sustancias y conductas adictivas cumplen el rol de afianzar dichas apariencias que necesitan mantener. Con tal de sentir que son válidas y aceptables harán lo que haga falta pese a las consecuencias negativas.

Cuanto más intentamos mantener y presentar una imagen determinada ante los demás, más nos distanciamos de quienes realmente somos y cómo nos sentimos. Esto genera sensaciones de vacío, falta de sentido, impotencia y aburrimiento. Nos desconecta de la vida. Esta desconexión es un campo fértil para la intensidad que nos otorgan las conductas adictivas.

«Debería satisfacer mis necesidades de forma indirecta»

Si no puedo ser yo mismo porque eso haría que la gente me rechace/abandone, entonces no puedo resolver mis necesidades de forma directa y lo haré de forma indirecta con sustancias, personas u otros factores externos.

Nunca atajaré de forma plena lo que me falta y necesito y por lo tanto estaré dependiendo de poner parches continuamente.

La personalidad adictiva

Las personas que operan bajo estas creencias tienden a desarrollar ciertos patrones de personalidad. Estos patrones surgen como una forma de protegerse del sufrimiento que causa el sostener dichas creencias.

No existe un perfil único de personalidad que «garantice» que alguien se vuelva adicto, ya que hay tantas diferencias de personalidad entre las personas adictas como en la población general. Algunos parecen pasivos y dependientes, otros seguros e independientes; algunos nunca muestran ira, mientras que otros reaccionan con exceso. Por ejemplo.

Sin embargo suelen compartir ciertos temas o patrones subyacentes. Por ejemplo, muchos tienen problemas con el poder y el control: algunos son actúan de forma grandilocuente, mientras que otros demuestran un complejo de inferioridad, lo cierto es que ambos perfiles buscan «controlar la situación» a su manera. La responsabilidad es otro de los factores comunes: pese a que algunos son visiblemente irresponsables y otros (como los codependientes) son excesivamente responsables de los demás, ambos evitan asumir adecuadamente la responsabilidad sobre sus propias vidas.

Conclusión

Es muy probable que te hayas sentido identificado en algunas de estas creencias, vivimos es una sociedad que favorece que se desarrollen. Sin embargo, tener estos rasgos no significa que estemos condenados a la adicción. Al ser conscientes de ellos, podemos examinar las creencias que los alimentan y trabajar para transformarlas.

Cada vez más personas acuden a terapia para conocerse mejor y ser más consciente de aquellas cosas que pueden estar haciéndoles la vida más complicada, si esto es algo que te interesa, puedes contactarnos aquí.

 

 

Leave a Reply