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Los estilos asertivos

En el post de hoy vamos a hablar sobre los distintos estilos asertivos.

Los estilos asertivos son las distintas formas en las que las personas enmarcamos nuestra comunicación y/o nos enfrentamos al conflicto.

Cada uno y una de nosotros tenemos un estilo base bastante «incrustado», si bien es cierto que podemos cambiar de uno a otro dependiendo de la situación, con quien nos comuniquemos, el punto en el que estemos en nuestra vida o las habilidades sociales que hayamos desarrollado.

Según las teorías sobre asertividad se pueden clasificar las distintas formas de comunicarnos con los demás y enfrentar el conflicto en 4 estilos:

  • Estilo Pasivo
  • Estilo Agresivo
  • Estilo Pasivo-Agresivo
  • Estilo Asertivo

Veamos con más detalle en qué se diferencian.

Estilo Pasivo

Las personas que se enmarcan dentro del estilo pasivo de comunicación son personas que principalmente anteponen los derechos y deseos de los demás a los suyos propios.

Es como si se «sacrificaran» por el bienestar de los demás. De esta forma intentan no molestar al otro y ser así queridas por todos.

En general respetan mucho a los demás pero lo hacen a costa de no respetarse ellas mismas.

Comportamiento

Las personas con estilo de comunicación pasivo:

  • Al hablar:
    • Lo hacen bajito
    • Se atascan
    • Tartamudean
    • Vacilan/dudan
    • Se quedan en silencio
    • No saben muy bien qué decir
  • En su expresión corporal
    • Evitan el contacto ocular
    • Están tensos (Aprietan los labios o los dientes)
    • Les tiemblan las manos

Además es común que escuchemos de estas personas quejas sobre terceras personas del estilo: «Fulanita es una egoísta, siempre consigue lo que quiere», «Menganito se aprovecha de mi», «Talpersona no me entiende».

Esto se debe a que como tienen dificultad a la hora de establecer Limites y de Pedir lo que necesitan y quieren, se encuentran sin herramientas y vulnerables en manos de terceras personas.

Forma de pensar

Consideran que se comportan de esta manera para no molestar u ofender a los demás, se sacrifican. Lo que yo piense no importa, importa lo que tú piensas.

Pueden experimentar una sensación constante de no ser comprendidas, de ser manipuladas o de que no se les tiene en cuenta.

En el centro de este estilo puede haber una creencia de base que se puede resumir en: «Es necesario que los demás me quieran y me aprecien«, «pensar en mi antes que en los demás es de personas egoistas» o «Si llevo la contraria a alguien voy a hacerle daño o a generar conflicto». Pueden estar asociados además a un miedo al rechazo o al conflicto.

Emociones

Suelen ser personas con una gran actividad interior, pero poca acción externa.

La Culpa, la Ansiedad, frustración, y la falta de transparencia emocional (no muestran cuando se enfadan, a veces ni ellas mismas lo saben).

Esta desconexión con las propias emociones, esta falta de atender a los propios deseos y esta indefensión ante las demandas de los demás generan que estas personas experimenten una baja autoestima.

Como estas personas tienen dificultad a la hora de expresar y sacar a fuera las emociones «negativas» es común que sufran de reacciones somáticas en las que la ansiedad y tensión se expresen en forma de manifestaciones físicas como dolores de cabeza, sarpullidos, colón irritable, etc.

También es común que al ir guardándose el enfado dentro acaben en algún momento por «estallar» en un ataque de rabia o enfado descontrolados.

Relaciones

Como hemos visto antes en las quejas sobre terceras personas, las personas con un estilo pasivo debido a su forma de pensar y actuar suelen generar que las personas que les rodean experimenten dos posibles sentimientos:

  • Culpabilidad
    Al ser tan «buenas» y siempre dejar las necesidades del otro por delante, pueden hacer que éste se sienta culpable, como si se aprovechase.
  • Superioridad
    Habrá personas que viendo cuan fácil es conseguir lo que quieran de estas personas, se pondrán en una posición de aprovecharse abiertamente y abusarán de la «bondad» de las personas con estilo pasivo.

Estilo Agresivo

estilo-agresivo

Las personas en las que predomina este estilo asertivo, al contrario que con las sumisas, defienden en exceso sus propios intereses por encima de los de los demás.

En ocasiones es porque realmente «les da igual» y otras porque simplemente carecen de las habilidades sociales necesarias para afrontar ciertos conflictos y situaciones.

Comportamiento

Las personas con un estilo de comunicación agresivo puede que:

  • Al hablar:
    • Lo hagan con un tono de voz elevado
    • Se precipiten
    • Sean cortantes
    • Interrumpan
    • Utilicen insultos
    • Amenacen
    • Tiendan al contraataque
  • En su comunicación no verbal:
    • Reten con la mirada a la otra persona
    • Estén tensos
    • Invadan el espacio de la otra persona

Forma de pensar

Principalmente lo ven todo en la polaridad Ganar/Perder. Por eso luchan por proteger ante todo lo que es suyo.

De base hay un «Ahora sólo lo mío importa, y lo que tú quieras o digas me da igual».

Creen que si no están a la defensiva de esta manera se exponen de forma vulnerable a los demás y pueden perder algo propio.

De fondo pueden haber creencias en la linea de: «La gente no es de fiar», «Hay gente mala que debe ser castigada» o «Si las cosas no salen como yo quiero será terrible/insoportable».

Emociones

Estas personas están sobre-activadas, suelen experimentar una ansiedad en aumento.

Además debido a la forma que tienen de comunicarse y al egoísmo en sus relaciones suelen experimentar bastante Soledad, sensación de ser incomprendidos, Culpa y frustración.

Esa necesidad por estar a la defensiva refleja una falta de confianza en los propios recursos y por lo tanto una baja autoestima. Además su necesidad de controlar la comunicación a través de la agresividad indica un miedo a la falta de control, a ser controlados.

También es posible que su estilo agresivo se deba a que simplemente carecen de las herramientas comunicativas necesarias para afrontar el conflicto.

El enfado del que hacen gala y que exteriorizan suele infectar sus relaciones y los contextos en los que se sitúan. Se sienten además muy honestos «yo digo lo que quiero y quien se tenga que ofender que se ofenda».

Relaciones

Este tipo de actitudes y creencias conlleva a que los demás, como hemos visto, se distancien o reaccionen con agresividad lo cual genera un «circulo vicioso» en el que cada parte sube su agresividad en respuesta a la del otro.

Estilo Pasivo-Agresivo

Éste estilo comunicativo es una mezcla (evidente) de los dos anteriores.

La forma que tiene de manifestarse es peculiar. Por un lado la persona siente bastante agresividad y resentimiento por dentro, pero de puertas para fuera se muestra sumisa y afable.

Es común que intenten manipular y chantajear emocionalmente a los demás para poder ser tenidos en cuenta. Y utilicen comunicación indirecta para decir lo que piensan sin realmente decirlo de forma abierta.

No son honestos, ni claros, con sus emociones. Internamente se sienten amenazados o inseguros. Esta forma de comunicarse se da, una vez más debido a una falta de habilidades sociales a la hora de afrontar las relaciones y conflictos con terceros.

El Estilo Asertivo

A continuación veamos las características que definen el estilo asertivo.

Las personas que tienen una conducta asertiva en sus relaciones sociales son conscientes de sus propios derechos, necesidades y deseos y los defienden, pero al mismo tiempo respetan a las demás personas. Por lo general al estar más en contacto con sus propias emociones y las de la otra persona hacen gala de una mayor inteligencia emocional.

Su idea no es «ganar» como hacen los agresivos, ni hacer que lo suyo no sea importante como hacen los pasivos, si no el llegar a un consenso, a un acuerdo.

Comportamiento

Las personas asertivas:

  • Al hablar
    • Lo hacen de manera segura y fluida
    • La ansiedad no les bloquea ni les hace titubear
    • No utilizan excesivas muletillas
    • Hablan de sus sentimientos, tanto los negativos como los positivos
    • Se defienden si es necesario, pero no de forma agresiva
    • Son honestos
    • Pueden hablar de lo que les gusta e interesa
    • Se sienten cómodos expresando su desacuerdo
    • No les cuesta preguntar o pedir una explicación
    • Les es fácil decir «no»
    • Saben aceptar sus propios errores
  • En su lenguaje corporal y no verbal
    • Mantienen contacto ocular directo pero sin desafiar
    • Están relajados corporalmente
    • Mantienen una postura de comodidad

Forma de pensar

Conocen sus Derechos asertivos y los de los demás. Sus creencias, sobretodo con respecto a las relaciones y el conflicto son bastante realistas y no se basan en ideas rígidas.

Con esto último quiero decir que no caen en lo que se ha denominado desde las terapias cognitivas como Pensamientos irracionales. Esto es ideas y creencias sobre el mundo, los demás y nosotros mismos que caen en sesgos. Algunos ejemplos son:

  1. Es necesario ser querido y aceptado por todos
  2. Hay que saber resolverlo todo
  3. Hay gente mala que debe ser castigada
  4. Si las cosas no salen como yo quiero puede ser terrible
  5. Lo malo que me pasa es únicamente por culpa de factores externos que no tienen que ver conmigo y no puedo controlar como reacciono
  6. Si existe la posibilidad de que algo salga mal es imperativo pensar mucho sobre ello para prevenirse
  7. Es más fácil evitar ciertas situaciones que hacerles frente o tomar responsabilidad sobre ellas
  8. Tener a alguien más fuerte/inteligente sobre el que apoyarme es necesario
  9. Si algo malo me paso en el pasado, es muy probable que me vuelva a ocurrir en situaciones similares
  10. Ser buena persona implica estar siempre atento a los problemas y necesidades de las otras personas
  11. Cuidarse uno mismo es de ser egoístas

Estas creencias rara vez se piensan de una forma tan explicita, pero pueden estar en la base de nuestro comportamiento y muy arraigadas en nuestra forma de entender la realidad.

Las personas asertivas son flexibles ante la propia flexibilidad del mundo «real» y su resistencia a encajar en cajitas de «las cosas son así». Así que pueden responder con soltura ante los distintos encuentros y conflictos relacionales.

Cierre

Todo el mundo pone en práctica los distintos tipos de comunicación. Como ya hemos comentado, aunque de base solemos encajar en una en concreto según el contexto, el momento vital, la persona con la que nos comuniquemos y muchos otros factores puede que utilicemos uno u otro.

En última instancia ante todo es siempre beneficioso ser conscientes de cómo nos comunicamos y poder adaptarnos según la situación lo requiera.

Aunque partamos de un estilo no asertivo siempre podemos aprender a desarrollar un estilo más asertivo para poder desenvolvernos mejor en nuestra vida, un buen libro para ello, y en el que nos hemos basado para escribir este artículo es el de «La asertividad: expresión de una sana autoestima» de Olga Castanyer.

Si te interesa conocer mejor cómo te comunicas y aprender a hacerlo de una forma más efectiva y asertiva, puedes unirte al creciente número de gente que acude a terapia.

¡Hasta la próxima!

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