Dolor en el pecho
Es uno de los síntomas físicos de la ansiedad. Así que si eres una persona con ansiedad es posible que lo experimentes en algún momento.
Este dolor puede ser como una punzada o pinchazo en el pecho. O puede ser un dolor «sordo» o como una opresión o una tensión en el pecho.
A veces viene acompañado por un ritmo cardíaco rápido o más fuerte de lo habitual. La sensación de que sea difícil respirar o falta de aire también puede estar presente.
El dolor causado por ansiedad suele venir de forma repentina y no estar presente a lo largo de todo el día. Es un dolor que principalmente se queda en el pecho y no se expande por el resto del cuerpo. Y ocurre sobretodo cuando no estás activo.
Puede que te des cuenta de que si estás hablando con otra persona o concentrado en una actividad no aparece. Pero cuando paras, ya sea sentada en el sofá, delante del ordenador o en la cama lo empieces a notar.
Debido al área en la que ocurre es posible que pienses que estás sufriendo un ataque al corazón o que tienes alguna problema cardíaco, es por ello que es importante que consultes con un médico cuando sea posible.
¿Por qué me duele el pecho?
El dolor en el pecho por ansiedad suele ser resultado de cambios en la respiración asociados a la ansiedad, como la hiperventilación, tensión muscular y activación del sistema nervioso autónomo.
Cuando hiperventilamos, al respirar de forma rápida reducimos la cantidad de dióxido de carbono en nuestra sangre y esto puede resultar en dolor en el pecho. Además este patrón de respiración puede generar tensión o espasmos musculares en la zona del pecho.
Cuando la hiperventilación se junta con la sobre-estimulación del sistema nervioso autónomo, se puede generar la contracción de la pared muscular de las arterías coronarias. Esto a su vez reduce el flujo sanguíneo (y de oxígeno) al corazón que puede generar dolor de pecho o corazón.
Además, la ansiedad y el estrés pueden generar constricción en los vasos sanguíneos pequeños del corazón con resultados similares.
¿Qué hacer cuando experimentamos dolor en el pecho por estrés o ansiedad?
Consulta con tu médico
Aunque en la mayoría de los casos estos dolores tienen un origen asociado a la ansiedad y no a un problema médico, antes que nada es importante que consultemos con nuestro médico para poder descartar definitivamente cualquier otra causa.
La lucha es peor, mejor acepta
Una vez hemos podido descartar cualquier otra causa es importante que entendamos que cuando aparece el dolor o la tensión en el pecho se trata «simplemente» de un síntoma de la ansiedad y que nuestra salud no está en peligro. Entender e interiorizar esto es importante, porque muchas veces ante estos síntomas lo normal es que nos asustemos y queramos desesperadamente deshacernos de ellos. A veces, en este intento por «controlarlos» podemos agobiarnos aún más y acabar teniendo un ataque de ansiedad.
Cuando intentamos luchar contra los síntomas que experimentamos ya sea intentando que desaparezcan distrayéndonos, o poniendo en práctica técnicas de relajación para aliviar el dolor, o rumiando sobre porqué nos están pasando, etc. Es posible que empeoremos ya que probablemente esta reacción no reduzca o elimine los síntomas por completo. Cuando esto ocurre sentiremos que no tenemos control y esto puede generarnos aún más miedo y ansiedad lo cual sostendrá o empeorará los síntomas.
Ante todo conviene ser capaces de aceptar la experiencia de la ansiedad. Por supuesto preferiríamos no sentir ese dolor o tensión en el pecho, pero sabiendo que nuestra vida no corre peligro podemos «sostenerlo» y dejarlo estar. Podemos decirnos «es ansiedad, no me va a pasar nada, preferiría no sentir esto pero voy a dejar que ocurra».
Cuando hacemos esto, la reacción a la propia ansiedad es menos intensa, es probable que en el momento los síntomas no se reduzcan, pero a lo largo del tiempo, si reaccionamos con aceptación a estos síntomas probablemente sean menos intensos cada vez que aparecen. Y a la larga puede ayudar a eliminar su aparición.
Exponte a las sensaciones
Otra forma de hacer frente a la ansiedad o miedo que nos pueda generar experimentar estos síntomas es hacer exactamente lo contrario de lo que el miedo nos pide.
En lugar de huir, querer que se nos pase o distraernos, una de las formas más eficientes de reducir su impacto sobre nuestra salud mental consiste en exponernos conscientemente a ellos.
Para hacer esto, ante su presencia, tenemos que: Observar con atención, curiosidad y sin ponernos a juzgar la experiencia que estamos teniendo. ¿Cómo se siente este dolor en el pecho?¿Qué forma tiene?¿Qué color lo describiría?
Si dedicamos un minuto a observar abiertamente las sensaciones que experimentamos, sin desear que termine o juzgarlas como buenas o malas, es muy probable que nuestro nivel de ansiedad o miedo se vaya reduciendo. Cuando más veces repitamos este proceso menos miedo nos dará. Esto impactará nuestra ansiedad asociada a los síntomas y favorecerá que se reduzca la ansiedad general ya que no experimentaremos que «me duele el pecho, me debe pasar algo grave» o «no quiero sentir de nuevo este dolor».
Al exponernos, vemos que no pasa nada, lo normalizamos y deja de ser un problema. Aunque sigamos experimentándolo.
Ejercicios para conectar con el presente
Puedes poner en práctica los siguientes ejercicios en tu día a día. El del Ancla puede ser especialmente beneficioso. La idea es que los practiques cuando no estas teniendo síntomas ya que su objetivo no es hacer desaparecer los síntomas si no reducir el estado de ansiedad general y ser más conscientes de lo que sentimos, lo cual nos da más sensación de control, en lugar de dejarnos llevar por la ansiedad y actuar de forma reactiva o automática.
Deporte
Practicar ejercicio de forma regular puede ayudar a reducir los niveles de ansiedad y estrés generales. Lo que a la larga puede incidir positivamente sobre la aparición de dolor de pecho por ansiedad.
Acude a terapia
Si tu ansiedad lleva presente meses en tu vida y está afectando a tu estado anímico, a tu salud, relaciones o trabajo. Acudir a terapia, si te lo puedes permitir, puede ser una forma de aprender a gestionar estas emociones y poder ir solventando las distintas áreas de tu vida que te están generando estrés.
Conclusión
El dolor en el pecho por ansiedad puede experimentarse en forma de dolor agudo, como un dolor sordo o como una opresión en el pecho . Puede ir acompañado por una sensación dificultad para respirar y/o ritmo cardíaco acelerado o más intenso. Debido a donde ocurre podemos pensar que estamos sufriendo un ataque cardíaco. Pero lo cierto es que para la gran mayoría se trata de síntomas físicos asociados a la respuesta que tiene el cuerpo ante la ansiedad y el estrés.
El porqué de este dolor o incomodidad tienen que ver con los mecanismos fisiológicos que activa el estado de ansiedad o estrés. Cambios en el ritmo de respiración (hiperventilar), tensiones musculares y alteración de la circulación sanguínea pueden generar distintos dolores y tensiones en el pecho y corazón.
Es importante que consultemos con un médico para poder descartar otras causas.
Estos síntomas pueden generar preocupación y miedo, es por ello que una vez entendemos que no es nada grave podamos reaccionar con aceptación ante su aparición. De está forma evitaremos que la ansiedad aumente de forma exponencial al sentir que no podemos controlar.
Poner en práctica formas para reducir la ansiedad y el estrés en nuestra vida será siempre un camino idóneo para solventar el problema a medio/largo plazo.
Cada vez más personas aprenden a lidiar con su ansiedad acudiendo a terapia. Si crees que podrías beneficiarte de la terapia, ya sea online o presencial en Valencia, puedes ponerte en contacto con nosotras aquí.